Dentro de la historia de la Medicina surgen hombres famosos como Galeno e Hipócrates que se encargaron del tratamiento de las enfermedades y muchas de las cuales tenían su origen en el tipo de trabajo que desempeñaban sus pacientes. Observaron, por ejemplo, que los mineros llegaban a presentar enfermedades respiratorias producidas por la inhalación de gases que respiraban dentro de las minas. Quiere decir entonces que la vinculación de la salud con el trabajo ha sido una óptica histórica dentro del ámbito médico.
El médico juega un gran papel en este entorno de la Medicina del Trabajo así como en la Salud Ocupacional y no sólo logra un bienestar en la sociedad del país sino que logra cambios favorables en la economía del mismo, pues un trabajador sano desde el punto de vista integral, también será más productivo. Se han formado equipos de salud ocupacional multidisciplinarios que están encargados de diseñar los planes de salud en los distintos campos y áreas de trabajo y su finalidad es lograr el más alto nivel de bienestar laboral.
Es importante rescatar la diferencia primordial entre Medicina del Trabajo y Salud Ocupacional. Para la primera, el objeto de estudio es la enfermedad y en ningún momento es el enfermo. En el caso de la segunda, lo que más le interesa es la salud de la clase trabajadora considerada como un fenómeno colectivo. Tanto la Medicina del Trabajo como la Salud Ocupacional están estrechamente unidas en función del trabajo y sobre todo en el dúo Salud-Enfermedad. En ambas se encuentra un carácter multidisciplinario integrado por especialistas en administración, seguridad e higiene, sociología, el derecho, la ingeniería industrial, entre otras.
En el desarrollo de estas dos ciencias se ha hecho mayor hincapié en el estudio, manejo y tratamiento de los accidentes de trabajo y se ha dejado o se le ha dado menor interés a las enfermedades que se llegan a presentar al realizar cierto trabajo, por ello se les conoce como enfermedades profesionales, esto ocasiona que se sepa menos de ellas y no se les de la importancia que merecen.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el concepto de salud como «un completo estado de bienestar en los aspectos físicos, mentales y sociales y no solamente la ausencia de enfermedad». Esta definición forma parte de la Declaración de Principios de la OMS desde 1948, fecha en que se fundó. Desde entonces se considera que todo ser humano tiene el derecho fundamental a la salud y que es el deber de toda la sociedad el que cada individuo logre ese bienestar.
Por otro lado, hay que resaltar que así como el trabajo puede ser una fuente de peligro, enfermedad y factores de riesgo, también mediante el trabajo, las personas logran alcanzar una serie de satisfactores y uno de ellos es la salud. Aunque parezca contradictorio, se puede considerar al trabajo también como una fuente de salud. Además el salario le permite adquirir al hombre bienes necesarios para su manutención y la de su familia dándole una estabilidad económica.
En definitiva, la Salud Ocupacional y la Atención de la Salud en el Trabajo deben ser la bandera de todo aquel centro donde exista una masa laboral, ya sea produciendo bienes o prestando servicios, ambas disciplinas tienen mucho que ofrecer y lo más importante es que buscan el bienestar integral de los trabajadores.
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